Reconstruyendo tu vida
Evaluando el camino después de la tormenta»
En la travesía de la vida, a veces nos enfrentamos a desafíos que nos sacuden hasta lo más profundo. Sin embargo, tras esas tormentas, llega un momento en el que nos encontramos nuevamente en el camino de la normalidad, listos para retomar nuestras rutinas. Pero antes de hacerlo, hay un sabio consejo que debemos recordar: «Piensen bien lo que están haciendo» (Hageo 1:5).
Después de atravesar tiempos difíciles, es natural querer volver a la familiaridad de nuestras viejas formas. Pero, ¿es eso lo correcto? ¿Deberíamos simplemente continuar como si nada hubiera pasado? Tal vez no. Porque las dificultades tienen el poder de transformarnos, de alterar nuestro ser de formas que a menudo no podemos prever.
Así como los antiguos judíos recibieron el consejo de reflexionar sobre sus acciones antes de reanudar la vida después del cautiverio, nosotros también debemos seguir ese sabio consejo. ¿Estamos sembrando mucho pero cosechando poco? ¿Nos sentimos insatisfechos a pesar de tener aparentemente todo? Es momento de cuestionarnos y evaluar si nuestras viejas formas de vida realmente nos están llevando hacia la plenitud que anhelamos.
Es tentador volver a los viejos hábitos, incluso aquellos que pueden no ser necesarios o beneficiosos para nuestro bienestar. Pero en lugar de eso, ¿qué tal si aprovechamos esta oportunidad para resetear nuestra vida? ¿Qué tal si creamos una lista de «no hacer» en lugar de una lista de «cosas por hacer»? ¿Qué actividades o comportamientos podríamos dejar atrás para dar paso a un nuevo comienzo más saludable y satisfactorio?
La clave está en la reflexión consciente. Tomémonos el tiempo necesario para evaluar cómo nos han cambiado las experiencias difíciles, cómo nuestra perspectiva del mundo y de nosotros mismos ha evolucionado. Quizás descubramos que hemos dejado de lado hábitos que en realidad queremos recuperar, o tal vez nos demos cuenta de que algunas cosas que antes dábamos por sentadas ya no son necesarias en nuestras vidas.
Y si aún no hemos tomado la decisión de seguir a Jesús, ¿qué mejor momento que ahora? No esperemos más para dar ese paso de fe, para comprometernos con un camino de amor y redención. Si estás listo para ese cambio, si estás listo para reconstruir tu vida sobre una base sólida de fe y esperanza, simplemente haz esta oración.
En resumen, la vida después de la tormenta nos brinda la oportunidad de reevaluar, de reconstruir y de renovarnos. Aprovechemos este momento para pensar con claridad, para tomar decisiones conscientes que nos lleven hacia un futuro más brillante y pleno. Porque, como dice el Señor Todopoderoso: «Piensen bien lo que están haciendo».
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