El Espíritu Santo

Nuestro Guía Divino

El Espíritu Santo es nuestro guía divino, como se afirma en Romanos 8:14: «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios». Cada creyente que ha aceptado a Cristo tiene el Espíritu Santo morando en su interior. Esta presencia esencial nos brinda asistencia y dirección para vivir una vida abundante y llena de bendiciones, capacitándonos para discernir lo que a simple vista no podemos ver.

El papel del Espíritu Santo es vital en nuestra vida espiritual. Él nos capacita y nos perfecciona, fortaleciendo nuestra relación con Dios a medida que buscamos su presencia. A través de esta búsqueda activa, nos apartamos de la oscuridad y nos acercamos a la luz que nos conduce hacia la vida eterna.

Es crucial permitir que el Espíritu Santo nos guíe en cada aspecto de nuestra vida. Para ello, debemos buscar una experiencia genuina con Él y anhelar la santidad. Antes de tomar decisiones importantes, es fundamental poner la situación ante Dios y permitir que el Espíritu Santo nos dirija. La oración continua es una forma poderosa de mantenernos conectados con Él.

Una oración simple pero sincera puede ser: «Señor, derrama tu Espíritu Santo sobre mí. hazme ver mi pecado y maldad, perdona mis pecados y Lléname con tu poder y guíame según tu Palabra. de lo ruego En el nombre de Jesús, amén». Con esta disposición de corazón, podemos abrirnos a la dirección divina del Espíritu Santo y experimentar su guía transformadora en nuestras vidas.